¿Es ‘Final Space’ la serie perfecta para los fans de ‘Rick y Morty’?


Rick y Morty tarda demasiado entre temporada y temporada. Esta es una realidad de la que son muy conscientes sus espectadores, que sólo han podido ver 31 episodios desde diciembre de 2013. Es en estos paréntesis donde algunas series intentan hacerse un hueco entre los espectadores sedientos de aventuras macarras y Final Space probablemente sea el intento más obvio de aprovecharse del éxito de Rick y Morty.





Estrenada en junio en el canal TNT, esta producción de TBS tiene la ventaja de notarse inspirada por los tiempos de Rick y Morty pero sin intentar ser una copia. Es la historia de Gary, un romántico de poca monta que debe cumplir una condena de cinco años desde que intentó seducir una soldado llamada Quinn con consecuencias catastróficas.




Es en este confinamiento espacial, separado del resto de la humanidad y obligado a convivir con un robot llamado KVN cuya única misión es tocarle las narices dentro de la nave, que Gary conoce a Mooncake, un ser achuchable a más no poder que también resulta ser una arma letal que quiere secuestrar el Lord Comandante, un villano que guarda su parecido con el Emperador de Star Wars.

Con Rick y Morty comparte sus salidas de tono más gamberras: la dinámica entre KVN y Gary es bastante tóxica, los títulos de crédito tienen un instante gore y de vez en cuando hay momentos bestias (hay un episodio donde aparece un destripador que recuerda al episodio inspirado en Mad Max: Fury Road de Rick y Morty). También la ilusión que le hace presentar personajes, especies, mundos. Pero, en esencia, después Final Space intenta ser otra cosa.

Final Space
Gary cumple condena en una estación espacial cuando se cruza por su camino un ser adorable llamado Mooncake

Es cierto que Justin Roiland y Dan Harmon intentan que Rick y Morty tengan conflictos dramáticos potentes entre tanta irreverencia pero siempre rehúyen la idea de ser emotivos, mientras que el guionista Olan Rogers intenta todo lo contrario con su obra. Gary tiene sus defectos pero por encima de todo es una buena persona (y enamorada), que siente la necesidad de establecer lazos afectivos con otras personas, ya sea Mooncake o un mercenario que mandaron para asesinarle.


El único problema de Final Space es que su resultado final da la impresión de ser menor que la suma de todos sus factores. Sobre el papel todos los personajes se ganan las simpatías, incluso un Mooncake en el que depositan muchas esperanzas, se crean unas dinámicas cada vez más bonitas entre todos ellos, y Olan Rogers tiene un evidente aprecio por las series espaciales con una trama que nunca se frena. Pero deja un poquito más frío de lo que debería, siendo apreciable el esfuerzo.


Pero, como planteaba el título de este artículo, ¿es Final Space la sustituta perfecta para Rick y Morty? Pues la respuesta puede ser un poco contradictoria: merece ser vista precisamente por sus diferencias, por no querer ser una repetición de aquello que funciona en la casa del científico loco, por adentrarse en otros terrenos y tener una filosofía de personajes diametralmente opuesta. Y es que siempre es mejor una serie que apuesta por ser ella misma que una que intente ser un calco.

Siempre es mejor una serie que apuesta por ser ella misma que una que intente ser un calco



0 Comentarios